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Reformas en el Club, seguimos mejorando nuestras instalaciones

Reformas en el Club, seguimos mejorando nuestras instalaciones

Es importante cuidar al paciente, ser seguido por el médico, pero es un momento de mucho dolor y sufrimiento. Porque, para llegar al más mínimo detalle, nadie debe practicar ningún tipo de trabajo a menos que obtenga algún beneficio de él. No te enojes con el dolor en la reprensión, en el placer quiere ser un cabello del dolor, déjalo huir del dolor. A menos que estén cegados por la lujuria, no salen adelante; son culpables los que abandonan sus deberes y ablandan su corazón, es decir, sus trabajos.

Pero para que veáis de dónde nace todo este error de quienes acusan el placer y alaban el dolor, abriré todo el asunto y explicaré las mismas cosas que dijo aquel descubridor de la verdad y, por así decirlo, arquitecto de la verdad. una vida feliz. Porque nadie desprecia ni odia ni huye del placer porque sea placer, sino porque le resultan grandes dolores a quien no sabe seguir el placer con razón. Tampoco hay nadie que, porque le guste el dolor, lo persiga y quiera obtenerlo, sino porque nunca se dan ocasiones en las que busque algún gran placer mediante el trabajo y el dolor. Pues, para entrar en detalle, ¿quién de nosotros emprende algún ejercicio físico que sea laborioso, excepto para obtener algún beneficio de él? Pero ¿quién puede criticar con razón a quien quiere disfrutar de ese placer que no produce malestar, o a quien evita ese dolor que no produce ningún placer?

Pero en verdad ambos acusamos y con justo odio traemos a quienes lo merecen, que ablandados y corrompidos por la adulación de los placeres presentes, cegados por la lujuria por los dolores y angustias que están a punto de experimentar, no se lo proporcionan. Y, en efecto, la distinción entre estas cosas es fácil y conveniente. Porque en el tiempo libre, cuando somos libres de elegir y nada nos impide hacer lo que más nos agrada, todo placer debe ser asumido, todo dolor rechazado. Pero en ciertas ocasiones, y ya sea por deberes o necesidades de la vida, sucede muchas veces que se deben rechazar tanto los placeres como los malestares. Por eso la elección de estas cosas la tiene el sabio, de modo que, o rechazando los placeres mayores, pueda obtener otros, o soportando dolores, pueda rechazar los más severos.